Junto al título habréis visto el frontal de lo que parece ser a simple un vista un Mercedes-Benz que se vendió entre los años sesenta y setenta, pero seguro que ahora que habéis visto la imagen en un tamaño mayor, os habréis percatado de que las apariencias engañan. Efectivamente, lo que aparentemente es un Mercedes-Benz, tiene menos longitud de la que debería, y eso es porque básicamente, no es el modelo al que el frontal corresponde.
Desgraciadamente, y digo desgraciadamente porque personalmente, no soy partidario de este tipo de modificaciones, se trata de un MINI de primera generación al que le han acoplado el frontal de este Mercedes-Benz. A pesar de que se pueda apreciar un trabajo bien hecho, en el que se han cuidado todos los detalles, como digo, personalmente me parece un crimen modificar de esta forma la estética del MINI, que sin duda alguna, tiene un encanto único.
Así mismo, el hecho de que se le haya intentado fusionar con un Mercedes-Benz, me parece algo aún peor. ¿Que pensarían los diseñadores de ambos modelos al ver esto? Por ejemplo, Alec Issigonis, diseñador del primer MINI, fue muy elogiado en su tiempo por el gran trabajo que había realizado en el popular modelo de la British Leyland, por lo que si levantase la cabeza, quizás no estaría muy satisfecho al ver esta transformación.
Os dejamos un vídeo a continuación donde se muestra desde todos los ángulos a este curioso “Frankenstein”. Veréis como su trasera no se ha modificado demasiado, y que ha sido su frontal el que ha recibido más cambios. Aprovechamos también la ocasión para preguntaros qué os parece no sólo esta modificación en particular, sino también este tipo de modificaciones en general. ¿Conocéis un ejemplo mas abrumador o más agradable? Sea cual sea vuestra opinión, no dudéis en comentárnosla.