Cada vez los coches están más informatizados. Somos capaces de saber cuánto estamos consumiendo en cada instante, o cuánto nos queda para llegar a nuestro destino gracias a que los coches implantan sistemas informáticos en ellos para hacernos la conducción más fácil, a veces. Y si un ordenador normal puede tener virus, ¿podría tenerlo el ordenador de un coche? Ninguno de vosotros o vosotras había pensado en ello, puedo apostarme algo que no pierdo, pero en la Universidad de California en San Diego unos investigadores sí lo han pensado.
El equipo del profesor Stefan Savage, con la colaboración de Tadayoshi Kohno de la Universidad de Washington, se propusieron intentar comprometer la seguridad de los sistemas electrónicos de información de los automóviles. Cual fue su sorpresa cuando se dieron cuenta de que, siendo benévolos en sus declaraciones, el nivel de protección del software de los coches es “escaso”. Teniendo en cuenta que nadie (aún) se ha dedicado a perder el tiempo en intentar hackear un coche, la empresa de antivirus Trend Micro dice que “presenta una oportunidad para solucionar un problema antes de que comience”. Desde luego me queda mucho más tranquilo saber que gracias a que no se habían dado cuenta, no ha hecho nadie nada maligno en ese sentido.
El ataque fue realmente brutal, abarcaron casi todas las posibilidades posibles como Bluetooth, redes de telefonía móvil, puertos de diagnóstico y a través del equipo de audio. Éste último se lleva la palma, porque simplemente introduciendo un CD con una canción modificada consiguieron entrar en el firmware del sistema multimedia y, aunque no dicen como, modificar otros componentes del vehículo.
Todo lo que estuviese controlado por la centralita estaba a un click del hacker: elevalunas, cierre de las puertas, la iluminación del coche, la pantalla de la cúpula de instrumentación, y lo más alarmante controlar los frenos del coche. Esto sólo para EEUU, porque en Europa una ley obliga a que los frenos solo se activen físicamente.
Pero podéis estar tranquilos, los hacks más complejos sólo fueron accesibles a través de un OBD-II inalámbrico, un OBD-II es el conector que utilizan en los talleres para conectarse a la centralita del coche y averiguar qué le pasa, con el hacker sentado al lado con su portátil. Los resultados de este estudio serán publicados en una conferencia que tendrá lugar el 19 de mayo entre los IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos o en inglés Institute of Electrical and Electronics Engineers)
Anon says
Lo siento, has perdido la apuesta. Desde 2003 gracias a Terminator 3 que me imaginaba virus y demás malware informático en los vehículos de calle, nada nuevo bajo el sol…