Este fin de semana ha estado movidito en el mundo del motor. Primero las carreras del gran premio del mundial de motociclismo disputadas en Estoril que fueron un caos. Y de segundo tenemos dos carreras disputadas diametralmente opuestas en el mundo, en las que se produjeron sendos accidentes bastante feos.
El primero se produjo en la V8 Supercars australiana. Karl Reindler se queda atascado en la salida, y Steve Owen que no lo ve provoca esto:
httpv://www.youtube.com/watch?v=_PU3YFvgjPc
El impacto fue brutal. Tanto que los datos registrados por el coche indicaron que con el impacto se alcanzaron los 37 G de fuerza. Por suerte ambos pilotos salieron sin heridas graves. Fueron trasladados al hospital ambos por precaución, para tratar las quemaduras que sufrió Karl Reindler, que aunque leves, sufrió quemaduras en la cara y las manos y Owen reconoció unos dolores en la zona abdominal, pero que tampoco llegaron a ser de relevancia.
Dejamos Perth, en Australia, para irnos hasta Imola y la Porsche Carrera Cup italiana. Allí el accidente fue más espeluznante y escalofriante.
httpv://www.youtube.com/watch?v=ZJTApioaUdU
Un simple pinchazo manda al traste toda la carrera de estos tres pilotos. El conductor del neumático pinchado era Max Busnelli, y el piloto del coche negro, Marco Mapelli no pudo hacer nada para evitarlo. Yo le he contado unas nueve vueltas de campana, a las que hay que sumarle los trompos que hace en el aire.
Sorprendentemente, y para colmo de los asistentes que desgraciadamente esperaban un final peor, Marco salió por su propio pie y cruzo la pista con una ligera cojera. No os quiero recordar lo que pasó en ese mismo circuito hace 17 años con Ayrton Senna y Roland Ratzenberger. La FIA podrá tener decisiones estúpidas, irreverentes o incongruentes muchas veces, pero en materia de seguridad a base de obligaciones, se han puesto muy bien las pilas.