No podía ser de otra manera que comenzara la semana sin hablar de este tema. Y es que el desenlace del Rally Acrópolis 2011 ha desencadenado una posible guerra (abierta y de puertas a dentro) en Citroën. La marca gala puso en bandeja la victoria a su prometedora estrella Ogier. ¿Y por qué decimos puso en bandeja? Muy previsiblemente, Loeb tenía todo a favor el penúltimo día de carrera, pero el joven piloto de Citroën soltaba un poco el acelerador indicando que tenía problemas con el sistema del coche, y que para evitar daños, prefería bajar el ritmo. Casualmente esa “bajada de ritmo” permitió partir al último día de carrera a tan solo +2.2 segundos de Loeb, y este tenía que abrir pista. Vamos victoria casi regalada.
Pero la parte que se lleva Citroën a todo esto es la “nula” información que dieron a Loeb sobre los tiempos de Ogier en el penúltimo día de competición. Y es que como mucha gente sabe, los pilotos reciben en tiempo real, los cronos de los rivales, para así tener una referencia de si deben o no atacar. El caso es que Loeb, recibió información de los tiempos de todos sus rivales menos del que más le importaba, Ogier.
Todo esto ha provocado una nube de noticias sobre la posible salida, retirada o despedida de Loeb en Citroën (presuntamente, lo relacionan con Volkswagen). Las razones esgrimidas por Citroën, evitar que la lucha entre sus pilotos pudiera acabar mal y evitar un doblete para la marca gala. Algo lógico por otra parte, aunque deja de tener sentido cuando se conoce que Ogier sí tuvo datos de Loeb.
En fin, veremos como sigue el asunto y os informaremos de ello, pero esto no acabará mal para el heptacampeón del mundo cuando el ojito derecho de Quesnel es Ogier.