Que Mazda gastase un dineral en restaurar el 787B y llevarlo a Le Mans no iba a venir sólo. La marca de Hiroshima lleva mucho tiempo pensando en volver a correr en Le Mans, y es algo bastante conocido en el mundillo del motor.
Todo esto toma mejor color cuando, según fuentes bastante fiables, se sabe que Mazda ha encargado un estudio a una empresa de ingeniería estadounidense, con el fin de saber qué motor se adapta mejor al futuro campeonato del mundo de resistencia FIA, que será organizado por la ACO que controla Le Mans.
El sistema SKYACTIV de Mazda es muy complejo, abarcando todos los componentes del vehículo, desde el chasis hasta el motor, reducir pesos y consumo. Los SKYACTIV se dividen en tres versiones: la SKYACTIV-G que engloba los motores de gasolina y la SKYACTIV-D que nombra a los propulsores empujados por gasoil. La tercera abarca a los motores rotativos o wankel que está en desarrollo.
Si quieres apostar por alguno de ellos hazlo por el SKYACTIV-D. Según el jefe de ingeniería que desarrolló toda la gama de propulsores SKYACTIV, es el que más se podría beneficiar de las regulaciones impuestas por la ACO en los motores. Ahora bien, todo podría cambiar si la organización hace uso de la igualdad que tanto promulgan (y a algunos les toca algo más que las narices) y se decantan por racionalizar la energía disponible por carrera, en vez de capar las entradas de admisión o las cilindradas de los motores, ya que regulando el consumo quizás puedan conseguir algo más equitativo para todos.
De todas formas Mazda no se puede retrasar mucho con un anuncio oficial de si se presentan o no, a sí que para antes de final de año deberíamos tener noticias sobre la marca de Hiroshima.
Fuentes: Autoblog, Revistascratch