No hace mucho que el grupo Fiat hacía oficial que había adquirido el grupo Chrysler al completo, un pack que incluía las marcas Jeep, Dodge y la propia Chrysler. Este suceso ha significado un giro completo en las estrategias de mercado del grupo Fiat, entre los que podemos destacar el cambio de imagen de Lancia, aunque ¿es realmente un cambio de imagen?. Pues no, ya que salta a la vista que los modelos más grandes de Lancia, son ahora modelos de Chrysler.
En Usa, Chrysler sigue siendo Chrysler, pues si Fiat llamase Lancia a toda la gama Chrysler, el rechazo del público norteamericano estaría asegurado. Pero Europa es otro mundo, y es que cada mercado, es un mundo diferente en sí. Por eso el grupo Fiat no ha tenido problema en hacer desaparecer a Chrysler de Europa, una marca que prácticamente pasaba desapercibido, al igual que Lancia. ¿Y por qué?, la respuesta es sencilla, son marcas para un público específico, y no marcas generalistas, y cuando el público busca un coche de este sector, tiende a decantarse más por marcas de más renombre y calidad, como por ejemplo Mercedes-Benz.
¿Quiere decir eso entonces que Lancia y Chrysler son pésimas? Pues no, pero sí es cierto que sus modelos son inferiores a los de sus competidores, y eso pasa factura. De hecho, el grupo Fiat se ha planteado más de una vez hacer desaparecer a Lancia, que a pesar de ser una marca muy rica en historia, lleva años sin cosechar buenos resultados. Prácticamente podemos decir que el hecho de que Fiat haya creado Chrysler, ha alargado la vida del glamuroso fabricante italiano. Pero ¿siempre ha sido Lancia así? Investiguemos un poco.
Lancia nacía en el año 1906, por lo que con este pequeño dato, ya sabemos que podemos hablar mucho sobre ella, aunque en esta ocasión nos centraremos en su pasado de hace unos veinte años. Comenzaban los noventa, y gracias al Thema, Lancia volvía a recuperar parte del prestigio que había perdido a mediados de los ochenta, debido a modelos como el Beta. Sus vehículos ofrecían una precisa unión entre armonía y belleza, un factor nada fácil de conseguir, teniendo en cuenta que sus modelos derivaban de los chasis de modelos de Fiat.
Pero a pesar de ello, conservaban su toque Lancia, esas tapicerías que te convencían de que el verdadero lujo, te lo daba un Lancia. Dicho toque se reflejaba en modelos como el recién mencionado Thema, su sustituto el Kappa, o el coqueto Y. Símbolos de un concepto diferente de automóviles de lujo, que ofrecían una pasión que no era capaz de ofrecer otro fabricante. Pero los tiempos cambian, y Lancia a pesar de la gran calidad de su diseño no consigue estar a la altura de sus competidores.
Además, su reputación vuelve a caer en picado, al igual que le ocurre a su compañera Alfa Romeo. Pero el grupo Fiat no se rinde, y apuesta fuerte ofreciendo modelos como el Thesis o el Musa, cuya presencia en el mercado sigue pasando desapercibido. Por lo tanto Lancia se queda en un segundo plano, y a Fiat eso no le gusta, aunque una marca con tanta historia no se puede “exterminar” así como así, y además es una marca puramente italiana. Así que Fiat hace oídos sordos, dejando Lancia tal y como está, con una gama protagonizada principalmente por el Ypsilon, modelo que más ventas consigue, y el Musa, teniendo además otros modelos como el Phedra.
Consiguen revivir al Delta, bajo la plataforma del nuevo Fiat Bravo, y las cosas pintan mejor para la marca. Entonces llega la compra de Chrysler, y por tanto se decide que modelos como el 300c o la Grand Voyaguer porten el logo de Lancia. Así que nueva era para Lancia, una nueva oportunidad, pero da la sensación de que su fragancia, su espíritu, se ha ido desvaneciendo por el paso del tiempo.
No obstante, estos modelos siguen conservando una pequeña muestra de esa esencia que emanaba Lancia. Dicen que lo bueno siempre viene en tarros pequeño, por lo quizás puede que funcione esta idea. Aún no sabemos si la gama actual de Lancia conseguirá recuperar el hueco que tenía hace unos años en el mercado. Pero independientemente de eso, os planteo una cuestión, ¿pasado o presente? Yo desde luego me quedo con su pasado,aunque quizás con el paso de unos años, consiga volver a incrementar su espíritu.