SAAB estaba en una situación bastante crítica, puesto que hace un par de días, los trabajadores y las empresas a las que SAAB aún debe dinero estaban pidiendo la bancarrota para poder cobrar algo. Estaban en su derecho, pues legalmente podían obligarles. Hoy, todas esas ideas se les han ido al garete. Y el bien es para todos, no solo para SAAB.
El gobierno sueco ya rechazó la idea de SAAB de entrar en la reorganización voluntaria, y fue un palo duro para la compañía automovilística. Pero no se sentaron a llorar sus penas y recurrieron. Pues ahora son los jueces suecos los que se retraen de sus palabras y han permitido a SAAB entrar en la reorganización voluntaria.
Lo que SAAB ha conseguido con esto es no tener que pagar a sus proveedores, por el momento. Este descanso serviría para que la compañía sueca pueda reorganizar sus cuentas, y al final poder pagarles a todos. Mientras tanto todos los afectados tendrán que aguantarse, les guste o no, y siendo trabajador esto duele. Por lo menos SAAB tiene un buen plan, sólo que falta que pueda cumplirse.
Las dudas sobre si el dinero chino llega o no llega puso demasiado tensos a los proveedores adeudados, y ésto les hizo pedir la cabeza de SAAB para por lo menos, estar los primeros en la cola a la hora de repartir lo que quedase de SAAB.