Desde sus comienzos, los coches chinos en cuestión de seguridad han sido sinónimo de muerte. Si los fabricantes del país de la gran muralla han invertido poco en diseño, aún menos lo han hecho en seguridad, y lo peor de todo es que este factor se puede demostrar con hechos. La principales causas no han sido otras que el afán de las marcas chinas por fabricar rápido y barato. Pero cuando han pretendido que sus productos pasen de ser nacionales a internacionales, se han dado cuenta del nivel de la competencia.
Es por eso que ahora saben que si quieren vender coches fuera de territorio chino, tienen que esmerarse más, y ofrecer no sólo automóviles baratos, sino también seguros y eficaces. Pero esto no será nada fácil para ellos, pues los fabricantes chinos están acostumbrados a heredar la tecnología de otros fabricantes, y fabricar automóviles desfasados sin el más mínimo ápice de seguridad. Sin embargo, a veces intentan disimular esta falta de progreso con elementos como los airbags, que acaban resultando inútiles en un accidente cuando el chasis del coche se “espachurra” como si de papel de aluminio se tratase.
Pero el gobierno chino ya está cansado de esta situación, y por eso ha decido reforzar sus Crash tests con medidas que le empujen a los fabricantes chinos tomarse la seguridad más enserio. De estas medidas se encargará la C-NCAP, que es un organismo independiente chino que se encarga de testar la seguridad de los coches que se venden dentro del país. Según la C-NCAP, en 2012 implantarán pruebas de choque que afectarán a todos los niveles y tipos de automóviles.
Medidas como serán un choque frontal descentrado a una velocidad de 64 km/h, un test de latigazo cervical, y un chequeo de la seguridad de las plazas traseras. Se estimará la presencia de sistemas como el control de estabilidad, se aumentarán los puntos totales de 51 a 62, y se reescribirán las normas para otorgar las estrellas. Esperemos que se cumplan de verdad estas medidas, de modo que el que se decante por un coche chino, pueda sentirse al menos la mitad de seguro como se sentiría en cualquier otro coche.