Los preparadores alemanes no tienen muy buen gusto a la hora de las preparaciones estéticas en general. Con los motores no hay porqué quejarse porque aumentan la alegría del motor, y mientras dure pues todos callados. Pero con el gusto estético, los alemanes no es que se luzcan, la verdad.
Project Kahn ha conseguido enmendar, a medias, los errores del pasado y ha hecho un “por mí y por todos mis compañeros” con el modelo base del SLK. El pequeño deportivo de Mercedes ha pasado por las manos de los alemanes, adquiriendo un aire lúgubre bastante elegante. Todos los tonos escogidos para el coche son negros, ya sea en metalizado o en mate como la línea central del capó.
Sobriedad y elegancia para el Mercedes-Benz SLK 200 BlueEFFICIENCY que deja de lado los 184 CV de casa para dejar que Brabus le ayude a añadir algunos más. Project Kahn, con la ayuda de Brabus le añade 56 CV al SLK consiguiendo los 240 CV para el modelo base del SLK, a parte de añadirle la caja de cambios 7G-Tronic de 7 velocidades que en este modelo era opcional. Con esto vuelven a sus absurdeces, porque para eso te compras el SLK 250 BlueEFFICIENCY que ya trae 200 CV de casa y la caja de cambios 7G-Tronic. Estas cosas nunca las entenderé.
La carrocería se vuelve negra, como os comentaba antes, pero se le añade un kit AMG de paragolpes trasero y delantero, taloneras, y un splitter frontal en fibra de carbono perfecto para destrozarle con cualquier guardia tumbado y las pinzas de freno pintadas en color rojo.
Las llantas, también en tono oscuro, son obra de Project Kahn, su modelo RS600 de 20″ calza al SLK. También encontraremos un sistema de control remoto para el techo retráctil de nuestro SLK, las barras antivuelco en aluminio cepillado y las suspensiones rebajadas.