No, no me he confundido, esto sigue siendo un blog de motor, y no me he equivocado al escribir la palabra caimán. El que si se ha equivocado es el dueño de este Porsche Cayman S, que pensaba que si su modelo Porsche se llama Cayman, es por algo, y que quizás debería saber que se siente al estar en su hábitat natural. Tras estremecernos y preguntarnos “¿Por qué?”, al ver una imagen tan dolorosa, procedamos a saber el por qué de esta “terrible historia”.
Imagínense la situación, es una bonita mañana, nos apetece caminar, en un ambiente natural tranquilo, y de repente, vemos unos signos que nos conducen a una laguna, pero ¡esperad!, ¿qué es lo que hay en la laguna?, ¿es un cocodrilo?, no, más bien parece un caimán, o mejor dicho un Cayman. Pues con esta situación se encontró un excursionista en Carlsbad, Califronia, cuando paseaba tranquilamente un martes por la mañana cerca de la laguna dónde se encontraba al acecho este desdichado Porsche Cayman S.
Como es de suponer, no fue culpa del pobre Cayman, ni de su “instinto natural” el hecho de que acabase en estas lamentables condiciones, sino más bien de su conductor, que la noche anterior perdía el control hasta acabar, para la desgracia de ambos, entre los juncos de ésta laguna. Ante la denuncia del excursionista, la policía localizó al propietario, que afirmó haber dejado allí el Cayman para buscar atención médica. Al parecer se cree que el conductor no estaba bebido, por lo que se desconoce la razón del accidente.
Sea cuál sea, seguro que ahora mismo todos deseamos que se hubiese evitado, porque a nadie le gusta ver a un coche como éste en estas condiciones. Por eso, olvidemos esta trágica noticia, e imaginemos a éste infeliz Porsche Cayman S azúl, con su motor bóxer de 2,7 litros y 245 CV de potencia, en un bonito garaje, o en una exótica carretera, que son sus verdaderas hábitats naturales.
Vía Jalopnik
Víctor Luis says
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAAJ no me explico de que absurda manera pudo haber acabado el coche en un lugar como ese XD
Juan says
Yo tampoco me lo explico, la verdad. Jaja