Cuando todo se conjura para que salga algo mal, puede que algo salga bien. La mala suerte hizo que el conductor de un AC Cobra rompiera la suspensión trasera de su deportivo en plena recta a más de 210 km/h. La parte buena es que no era un modelo original, sino una réplica de AC Cobra.
Bueno sí, y que el conductor salió ileso. Eso también es bueno, aunque ya puede meterse a cura porque le debe un milagro entero al de arriba.
Hay que tener en cuenta que en 1961 al 1967 la seguridad brillaba por su ausencia en todos los vehículos comercializados, y esta réplica no podía ser menos. Salvo los cinturones de cinco puntos de anclaje, a los que también puede ir dándole las gracias, no había prácticamente ningún sistema de seguridad en caso de accidente y vuelco. Y es que el chaval se hartó de dar vueltas de campana, con una mísera barra de protección que a saber si soportaría el peso del coche. Por cierto, el piloto en cuestión se llama Pete Tryce.
El Cobra fue adquirido a Backdraft Racing, empresa sudafricana que realiza estas réplicas de los Cobra originales. El modelo perfectamente puede haber costado entre 30.000 y 100.000 $, según lo que Pete hubiese deseado para su Cobra.
Por cierto, el motor se vende, o eso reza las letras que salen al final y al principio del vídeo. He intentado buscar información sobre ese modelo de motor, pero con estos yankees no hay quien se entere. Os dejo con el espectacular vídeo del accidente, no sin antes recordaros que el piloto sólo sufrió heridas leves y salió practicamente ileso.
httpv://youtu.be/e-9XSOM5eIo
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