Ayer nos dejaba una de las figuras más representativas del diseño de siglo pasado, Ferdinand Alexander Porsche. Más conocido por su apodo, “Butzi”, siempre será recordado principalmente por el intemporal diseño de la primera generación del 911. Desde pequeño, estuvo muy vinculado al mundo del automóvil, y para no ser menos, pues era nieto de Ferdinand Porsche e hijo de Ferry Porsche, los fundadores de la mítica marca de Sttutgart.
“Butzi” estudió diseño industrial en Ulm, Alemania, y en 1957 comenzó su formación práctica en el departamento de diseño de carrocerías de Porsche, bajo la supervisión de Erwin Komenda, director de diseño de la marca. Allí le encargarían ocuparse de una tarea bastante importante, el diseño del modelo que sustituiría al 356.
En 1962 era nombra jefe de diseño de Porsche, y un año más tarde, acababa el diseño del sustituto del 356, al que se le llamó 901, aunque debido a que Peugeot tenía el derecho de los números de tres cifras con un cero en medio, finalmente se tuvo que llamar 911.
Sin duda alguna la primera generación del 911 es su obra más reconocida dentro del mundo del automóvil y de la propia marca, aunque ésta no fue la única, porque también se ocupó de diseñar algunos modelos de carreras como el carismático Porsche 904 Carrera GTS o el fórmula 1 Porsche 804.
Años más tarde, se vio obligado a renunciar a su participación en la marca, como el resto de la familia Porsche, pero aún así no abandonó el diseño, y en 1972 fundó la compañía Porsche Design Studio en Sttutgart. Ésta empresa se haría famosa gracias a sus diseños de relojes, gafas de sol y electrodomésticos entre otros bienes de consumo.
Pero ahí no se limitó su actividad, pues cuando tuvo ocasión, volvió a Porsche para desempeñar el papel de presidente del consejo de supervisión hasta 2005, cuando se retiró por problemas de salud y le cedió el puesto a su hijo Oliver. Fallecía ayer a los 76 años, por causas aún desconocidas.