A veces puede parecer que no, pero no conducir correctamente, quebrantando las leyes de circulación, supone no sólo un gran peligro para el que conduce, sino también para cualquiera que se pueda cruzar con él. Se supone que lo que acabo de decir es algo que ya todos sabemos de sobra, además que muchas son las asociaciones que junto con la mismísima DGT nos lo recuerdan todas las veces que pueden. Aún así parece ser que algunos y algunas hacen caso omiso de cualquier advertencia o recordatorio, y después de todo no se lo piensan dos veces en conducir de manera peligrosa.
Hoy iba conduciendo por una vía interurbana de un carril para cada sentido, en la que como todos y todas los que tengáis el carnet de conducir, sabréis que el límite es de 90 km/h. Yo iba conduciendo al límite máximo establecido, cuando sin darme cuenta, me adelantaba muy bruscamente y a una velocidad de unos 130 km/h un Volkswagen Golf de tercera generación. Nada más adelantarme, seguía a una velocidad elevada y volvía a adelantar bruscamente a un camión que se situaba delante de mí, y a un coche que se situaba delante del camión, sobrepasando incluso una línea continua.
Así continuó hasta que lo perdimos de vista, demostrando una increíble falta de conciencia y de miedo. Poco más adelante, vimos que dos coches del carril contrario estaban parados en el arcén con las luces de emergencia encendidas, y que el camión que tenía delante aparcaba también, para socorrer a un Volkswagen Golf de tercera generación que se había salido de la carretera dando alguna que otra vuelta. Afortunadamente, el coche fue a parar en un trigal que se situaba junto a la carretera, y además no dio demasiadas vueltas.
Curiosamente, los ocupantes habían salido ilesos, y cuando paramos para prestar ayuda, nos dijeron a todos los que paramos que nos fuésemos, que estaban bien, mientras sostenían el teléfono para informar a los servicios de emergencia.
Personalmente, no voy a llamar criminal a una persona que supere un límite de 90 km/h en 10 o 20 km/h más, pero sí a una persona que además de superarlo en más de 25 km/h, realiza en dicha vía adelantamientos bastante bruscos y peligrosos. Menos mal que todo acabó en un susto y los ocupantes no han sufrido daños graves, pero espero que después de todo, sean conscientes de que podría haber sido mucho peor. Sufrieron un accidente que se ganaron a pulso, un accidente que se podía haber cobrado la vida de algún inocente y por supuesto las suyas propias.
Esto me hace pensar que después de tantas campañas, advertencias y consejos, hay muchos conductores que no temen correr riesgos, aún poniendo en peligro sus propias vidas. Lo peor de todo es que a la gran mayoría, les tiene que pasar algo como lo que acabo de describir para conocer la magnitud de la situación, y que aún así, muchos no escarmientan. Así que después de todo, me pregunto, ¿cómo conciencias a una persona que se niega ha hacerlo?, porque está claro que sufrir un accidente no es una buena forma.