El americano Rhys Millen al fin consigue su sueño de superar a su propio padre en la subida a Pikes Peak. Este año, Millen ha ganado contra todo pronóstico, es más, él mismo decidió “bajar de categoría” dejando la clase Unlimited de lado y corriendo en la clase Time Attack para superar el récord de su padre. Rhys Millen ganó y superó el récord total de la prueba con un tiempo de 9:46,164.
Este año ha competido con su Hyundai Génesis Coupé derivado de serie, dejando de lado el experimento de esa mitad de LMP1 con la que compitió el año pasado. Los dos grandes favoritos a llevarse la victoria general estaban en la clase Unlimited, pero ninguno de los dos consiguió terminar. Ni el Dacia Duster preparado para la subida ni el prototipo de Paul Dallenbach, que llevaban los mejores tiempos en entrenamientos, consiguieron terminar la prueba. La manera de acabar de Dallenbach fue un tanto tajante, ya que se iba largo en una curva tras quedarse atascado el pedal del acelerador. Por suerte salió más o menos ileso.
httpv://youtu.be/EpQtPhRDDs4
Otro que dejó mal sabor de boca fue Nobuhiro “Monster” Tajima, que veía como su prototipo eléctrico salía ardiendo a mitad de la prueba. Esto dejaba la victoria para los vehículos eléctricos en manos del Toyota EV P002 con Fumio Nutahara al volante, marcando un tiempo de 10:15,308, que también es récord eléctrico en la subida recién asfaltada. En motos, fue la Ducati Multistrada la que se llevó la victoria pilotada por Carlin Dunn, marcando un tiempo de 9:52.819.
El susto tremendo de la prueba lo dió Jeremy Foley al irse largo con lo que os aseguro que era un Mitsubishi Lancer EVO VIII de 560 CV. Tanto él como su copiloto Yuri Kouznetsov salieron con vida del tremendo accidente que veréis a continuación. La jaula de seguridad hizo su trabajo y apenas salieron con contusiones de menor gravedad.
httpv://youtu.be/zEUrEPPABbY