Hoy os traigo al chaval más afortunado del mundo, y es el poseedor de este Mazda Miata con el motor RB26 de Nissan. Los americanos no saben lo que son las curvas, todas sus carreras son en línea recta, y el Miata fue concebido por Mazda para disfrutar de las curvas, no de las rectas.
Si además de querer hacer correr un Miata en un tipo de carrera, como son las carreras de dragster o aceleración, para la cual no fue diseñado los problemas van a venir uno detrás de otro. Y todo esto se agrava si encima el motor es heredado de un GT-R, el famoso RB26 de Nissan que absolutamente lo puede todo. Hay preparaciones sobre ese motor que harían mearse de miedo al mismísmo Bugatti Veyron, por ejemplo este GT-R R33 de 1000 CV que probaron en Top Gear.
Bien, sigamos repasando la cadena de malas decisiones, porque resulta que tampoco se acuerdan de la poca masa que lleva el Miata en la parte delantera del coche, y que el modelo es tracción trasera. El Miata tracciona demasiado bien en la salida y ocurre lo que véis en el vídeo:
httpv://youtu.be/ww7oGKkrU-0
La falta de peso en la parte delantera hace que pierda todo el apoyo y la tracción en el eje delantero, lo cual hace que el coche se vuelva completamente loco. Si se ha salvado de dar un par de vueltas de campana es porque es un Miata, y lo de driftear lo lleva en el alma ese vehículo.