Quizás ayer volví a sentir esa curiosidad y ganas por ver la Fórmula 1 que no sentía desde hace tiempo. La competitividad volvía, y la carrera de ayer fue una lucha real para conseguir el Campeonato Mundial de Pilotos. Y, sinceramente, fue entretenida con varios giros de “guión” imprevistos que le daban emoción. Sí, podemos decir que en la última carrera de Abu Dhabi hubo emoción como no la había desde que Alonso ganaba con Renault, el primer año.
Eso, o que en el fondo, me gusta tanto apoyar a un español cuando gana más que a un tonto un lápiz. Véanse las similitudes con los futboleros.
Lo que no me ha gustado nada, y me ha encendido bastante, han sido unas declaraciones de Alonso, y un tweet de la propia Scuderia Ferrari durante la carrera. Ambas declaraciones dejaban en evidencia la casualidad de la suerte de Sebastian Vettel con los Safety Car.
Pensemos que es suerte, puede ser casualidad. Las probabilidades están ahí, y ninguno de los dos accidentes fueron provocados por Vettel. También está el caso del cambio de alerón delantero por tragarse el cartel del DRS, ¿realmente lo hizo intencionadamente? Sería absurdo volver a salir el último.
Y ahora pensemos mal, que Vettel recibe “ayudas”. Veamos, es un bicampeón del mundo, con el mejor coche, y ha conseguido más victorias esta temporada que nadie, ¿de verdad le hacen falta las ayudas o es que hay cierto resquemor porque en Red Bull sepan hacer las cosas bien? Esta puya va por las eternas mejoras en el Ferrari.
No paso a creer que, un coche que se desarrolla durante años, llegue a la temporada y haya que cambiarle de todo porque no funciona. Soy el ingeniero que ha diseñado ese coche y pensaría seriamente irme al caribe y que les den a todos. ¿Varios años desarrollando el coche y luego no funciona?
Tampoco me lo creo, ¿no será que hacen un coche para cada circuito? Si el autoestima de los ingenieros no quiere estar por los suelos más les vale que la respuesta a esa pregunta sea un sí. Y pensándolo bien, esto lo harían todos los equipos.
Entonces en qué quedamos, ¿suerte o circo?