El Range Rover Evoque es uno de los verdaderos todoterrenos, por aquello de que de casta le viene al galgo, que más ha perdido su hombría afeminándose de tal manera que hasta Victoria Beckham diseñó el interior de una edición limitada. Machismos aparte, no sabes si sentirte hombre o mujer al conducirlo.
En cualquier caso es un coche espectacular en sí mismo, pero el equipo británico Excite Rally Raid se ha propuesto devolverle la bravura y las capacidades off-road de las que presumen en Range Rover. Han creado el Range Rover Evoque Desert Warrior 3, listo para devorar las pistas más accidentas de las competiciones de rally.
Lo han equipado con un motor diésel biturbo de 3.0 litros de origen BMW, que desarrolla una potencia de 278 CV y 660 Nm de par motor, mientras está capado para cumplir las normativas de competición. Sin restricciones podría desarrollar 355 CV. La caja de cambios que mueve esta bestia es una caja secuencial de 6 velocidades de ZF.
Para transmitir esta potencia al suelo cuenta con llantas Compomotive Atacama Rally Raid de 16 pulgadas en las que montan unos neumáticos BF Goodrich Desert Race G, unidas a 8 amortiguadores firmados por Reiger, dos por rueda. La autonomía es de 1.200 km, que no sería de extrañar si no fuese porque el depósito de combustible necesario para alcanzar esa cifra es de 260 litros.
Estas modificaciones, y las visuales que se observan en las imágenes, no son las más importantes que ha realizado el equipo Exicte Rally Raid. Los sistemas que el equipo británico ha implementado en el Evoque Desert Warrior 3 son casi de ciencia ficción.
Cuenta con el CCV (Corner Control Valve) que es un sistema de control de curva. Sí, tal cual. Detecta si el vehículo está en una curva o en una recta, y en el caso de estar en una curva, actúa sobre los amortiguadores exteriores al eje de la curva aumentando la compresión para ganar estabilidad y reducir el balanceo. Reiger, dueño de la patente, asegura que con este sistema se podría prescindir de la barra estabilizadora.
Otro sistema es el LCV (Lateral Control Valve) que también está patentado por Reiger. Este sistema detecta si la amortiguación está siendo comprimida por que la rueda suba (al pasar por un bache), o porque el chasis esté bajando (cayendo de un salto). El sistema endurecería la suspensión en caso de ser necesario, y básicamente sirve para comodidad para los ocupantes puesto que permitiría utilizar una configuración de suspensión más cómoda y no tan dura.
El RCV (Rebound Control Valve) controla el rebote de los amortiguadores como su propio nombre indica. Ayuda a ganar agarre en las ruedas puesto que detecta que éstas estén o no en el suelo, y en el caso de no estarlo, afloja el rebote para que las ruedas vuelvan cuanto antes al suelo.
Por último tenemos el HPDP (Hydraulic Progressive Double Piston). Este sistema utiliza un doble pistón en los amortiguadores, que varían sus características en función del impacto que reciba la suspensión. En caso de recibir impactos rápidos, este sistema aumenta la dureza de la amortiguación.