Hace años que TVR no levantaba cabeza. En 2007 las cosas empezaron a torcerse y desde entonces la marca no ha remontado. En realidad ninguna marca de deportivos se salva de la quema, pero otras han sabido desenvolverse en los lugares adecuados y siguen aguantando como pueden.
A la escena salió Nicolay Smolensky, millonario ruso que llegó con un buen fajo de billetes y compró la marca. Parecía que iba a estar todo solucionado, pero Smolensky no sólo no ha conseguido reflotar TVR, sino que la ha hundido aún más cerrando su fábrica, despidiendo a sus empleados y con un plan de futuro para la marca pésimo ha terminado matándola.
En un último intento por mantener el buen nombre de TVR vivo, Nicolay ofreció a Powers Performance los moldes de los últimos modelos como el Sagaris. Powers Performance eran anteriormente conocidos como TVR Power, y se dedicaban a preparar los TVR. Estos moldes habían sido trasladados a Dresden, en Alemania, donde Nicolay pretendía retomar la producción de TVR. Ahora deberían volver a hacer el viaje de vuelta a Reino Unido, y esto, lamentablemente no ha sido así.
El transporte de todos los moldes se debería haber realizado en unos 40 trailers. Lamentablemente, Powers Performance no estaba en situación de hacer frente a un coste tan desorbitado como éste, y la operación se congeló. Lo que no se esperaban era la cobarde reacción de Smolensky.
El ruso ha decidido mandar a la chatarra los últimos moldes de TVR, así que jamás volveremos a ver un TVR salido de un molde original de la marca.