Aviso para los más cinéfilos: el que quiera ver una película con su buena historia que vea Rush y salga de este post, pero el que quiera ir al cine y pagar con gusto por una película que seguro le divertirá que siga leyendo.
Resulta que hay muchos eruditos que intentan descalificar el guión de esta película, cuando, en lo último en que te fijas en la saga Fast & Furious es en el guión.
Aunque puedan flojear en muchos aspectos, y precisamente sus guiones no sean su fuerte, la saga Fast & Furious lleva desde 2001 ininterrumpidamente (con un par de años entre cada film) siendo un éxito en taquilla, y eso señores, ni sagas como Star Wars o El Señor De Los Anillos lo han conseguido. Al menos en cantidad de películas y espacio de tiempo -y aún queda la séptima entrega que se estrenará en 2014-.
Estas películas se basan en tres pilares fundamentales: chicas, acción y coches. Con esto el público masculino está más que ganado en general, eso está escrito en algún libro de cómo hacer películas en Hollywood seguro.
Ahora bien, nuestra escusa para hablar de esta saga de películas precisamente son los coches, con los que, por suerte para nosotros, se les tiene un trato especial. Quizás no sea el mejor trato personal que se les pueda dar a estas joyas, pero para los aficionados nunca está demás ver en la gran pantalla modelos como el Dodge Charger Daytona, el Ford Mustang o el Ford Escort RS 1600 azul mítico.
Todo amenizado con una banda sonora bastante movida, que incluso hace que le vuelvas a coger la gracia a canciones tan repasadas como Danza Kuduro de Don Omar. Acabé realmente hastiado en 2011, pero gracias al final de la quinta entrega de la saga, se ha ganado un hueco en mi lista de reproducción de Spotify.
Se nota que la saga Fast & Furious me gusta porque me enrollo como una persiana. Los datos importantes son que se estrena el 22 de mayo en España, y que os dejo con el tráiler final de Fast & Furious 6.
httpv://youtu.be/FltUYVLZEao