Hoy pasé por el concesionario Citroën y vi expuesto el C-Elysée, que no lleva ni tan siquiera un año en el mercado. Con un precio bastante atractivo y una estética muy agradable, el C-Elysée es un modelo bastante recomendable, pero también peca de reflejar algunos detalles que podrían haber sido corregidos antes de su lanzamaiento. Para conocerlo un poco más a fondo, no dudé en entrar en el concesionario, y así analizarlo y poder contaros a vosotros y a vosotras, mis impresiones sobre él. Unas impresiones que veremos en dos partes para que no se os haga demasiado pesado.
A simple vista como digo, es un automóvil muy agradable, nos recuerda al C4, que también goza de un diseño muy distintivo, un diseño que combina con la elegancia de una berlina. Sencillamente, no dudo en afirmar que su diseño es una de sus virtudes; no podemos decir que sea el más bonito de su categoría, pero sí es lo suficiente bonito para agradar a la persona que se decante por él.
Bonito por fuera y bonito por dentro, su interior me llamó mucho la atención, en especial su salpicadero, moderno, dinámico y muy práctico. Si tuviese que ponerle una falta a éste, sólo sería la ubicación del interruptor de las luces de emergencia, que en mi opinión, están un poco alejado del conductor.
En cuanto al resto, también me dejó muy buen sabor de boca, un volante cómodo y unos sillones delanteros ergonómicos, así como unos paneles de las puertas de una calidad muy aceptable nos encontramos al abrir cualquiera de sus puertas delanteras. Pero en su interior se encontraba la mayor falta que encontré en el C-Elysée, más concretamente en sus sillones traseros.
Si bien sus sillones delanteros no me desagradaron en absoluto, los traseros me ocasionaron una gran decepción, pues carecen de reposacabezas. En lugar de ello, cuentan con una pequeña elevación que no se puede regular en alturas y que a fin de cuentas, cumple medianamente esa función. Éstas elevaciones sólo se encuentran en cada extremo, por lo que un pasajero que se sentase en el centro, no tendría dónde apoyar la cabeza.
Puede parecer una “chorrada”, pero los reposacabezas son un elemento de seguridad, no un mero elemento estético, por lo que en mi opinión, Citroën debería de haber tenido más en cuenta este detalle, y ofrecer aunque fuese en la versión más equipada este elemento. Sólo por ello, no recomendaría su compra a un Taxista o a una persona que tuviese que llevar pasajeros atrás continuamente.
Por otra parte, me parece un automóvil ideal como coche de empresa, sobretodo para personas que necesiten un coche representativo y barato, como un comercial o un representante. Además goza de un gran maletero, pero eso es algo que junto a su gama de motores, analizaremos mañana.