El limpiaparabrisas tal y como lo conocemos tiene más de un siglo de vida. Lo inventó Mary Anderson en 1903 y desde entonces el sistema de un brazo móvil con una superficie de caucho que no arañara el cristal y quitara el agua de la lluvia apenas ha cambiado. Hasta que Frank Stephenson, al frente del diseño de los modelos de la firma, se fijó en el sistema que emplean los cazas de combate y pretende implementar una solución parecida en sus deportivos.
¿Por qué los cazas de combate no llevan limpiaparabrisas? El habitáculo de los cazas es todo cristal, si un piloto pierde la visibilidad es un grave peligro a muy alta velocidad y a ellos no es que les llueva encima, es que se meten directamente en la nube de agua. ¿La solución? Un sistema bastante simple pero efectivo, los ultrasonidos.
Los ultrasonidos emiten una determinada frecuencia que hace vibrar el cristal de la cúpula del caza, de tal manera que impide que las gotas de agua, insectos y demás suciedad se adhieran o se queden ni si quiera encima de la cúpula del avión. Este sistema no hace perder visibilidad al piloto al vibrar, porque la frecuencia es tan alta que ni tan si quiera el ojo humano la distingue.
Pues un sistema derivado de éste pretende implementar Frank Stephenson en los próximos modelos de McLaren, innovando así en un campo que tras más de un siglo de vida a nadie se le ocurrió intentar cambiarlo. Este sistema cuenta con varias ventajas para un superdeportivo eliminando un peso extra (habría que ver cuanto pesa el sistema de ultrasonidos, pero seguramente menos), y un gran incordio en la aerodinámica del vehículo. Seguramente al inicio de la comercialización de la tecnología sea un sistema algo más caro, pero no tiene más de 100 años como el sistema actual y tampoco se va a notar mucho en un superdeportivo de más de 200.000 €.