Kimi Raikkonen ha llegado cambiado a Ferrari, con ganas de trabajar y mucho más comunicador que antes. Tanto es así que el piloto finlandés ha tenido su propia tanda de pruebas con el último superdeportivo de la firma de Maranello, el LaFerrari, en el circuito privado del que dispone Ferrari en Fiorano.
El finlandés no es un piloto de pruebas cualquiera de Ferrari, y si tiene que dar gas a fondo sin miedo al salir de una curva con un superdeportivo de 1,3 millones de dólares, lo hace. No hay miedo. Por algo lo llaman Iceman, porque te hace un trompo de un millón de euros y se queda tan tranquilo.
Además de este pequeño incidente, Raikkonen puso al límite las prestaciones de LaFerrari, llegando a escupir fuego por sus cuatro escapes (no tanto como el P1).
httpv://youtu.be/AMDVMp3CbdY