Todo el mundo adora los motores alemanes, tienen fama de fiables y además cumplen con las expectativas. VAG lo sabe y no para de sacar modelos y modelos dentro de su tejido empresarial con Volkswagen, Audi, Seat, y Skoda como cabezas más visibles.
Todas comparten motorización, lo que se traduce en mayor amortización del dinero invertido en su desarrollo y más beneficios para el grupo alemán. No me van a dar el premio Nobel en economía por esto, pero sí quiero alertaros del peligro que genera para los menos entendidos en el mundo del motor.
Por poner un ejemplo, Audi presentó en 2007 el A5, un modelo con carácter deportivo que consigue venderse única y exclusivamente gracias a la imagen de marca que tiene Audi. La fiabilidad alemana y la elegancia y sobriedad de los modelos alemanes consiguen vender el modelo entre burgueses, pero, ¿podemos calificar al Audi A5 de modelo deportivo?
El Audi A5 NO es un modelo deportivo
Cada uno tiene una idea de deportividad, pero creo que estamos todos de acuerdo en que deportivo es aquel que consigue exprimir todo su jugo. Cuidado, no hay que ser ignorante, Audi crea buenos coches pero los estira como chicles en su cartera de modelos, por lo que los más bajos de gama son la peor opción. El Audi A5 tiene el enemigo en casa y se llama RS5.
El RS5 es el más alto de la gama A5, el que mayor potencia entrega y el que consigue poner en apuros al chasis. Si queréis un deportivo, por favor, no seamos ignorantes y vistámonos por los pies porque Audi sabe hacerlos y comienzan por las siglas RS.
Hay mejores opciones
Descartada la teoría de que un A5 es deportivo, ahora miremos el precio. Para un RS5 base la tarifa comienza en 91.735 € (según el configurador de Audi), lo cual nos permite un amplio margen de compra para mirar otros modelos, porque quien tiene 90.000 € para gastar en un coche deportivo no tiene problemas económicos.
El Nissan GT-R es la mejor opción frente al Audi Rs5. Con un precio de partida base de 106.650 € (según el configurador de Nissan), nos ofrece 100 CV más que el RS5 y, por supuesto, mucha más deportividad de la que se puede esperar del Audi. ¿Qué son 15.000 € de diferencia a estas alturas?
Y por eso, personalmente, no elegiría un Audi A5. Porque el Audi A5 es un quiero un RS5 y no puedo, pero es que si pudiera un RS5 mejor tendría un GT-R. Tampoco podréis decirme que un RS5 es más cómodo que un GT-R, porque con 450 CV o 550 CV respectivamente lo último en lo que pienso en la comodidad.
Y si buscas espacio para meter más gente en el coche, mejor comprarse una tallesa.