Hoy en día la gran mayoría de los fabricantes ofrecen en su gama un modelo de los segmentos más populares, de manera que cuando un cliente vaya buscando un tipo de automóvil en particular, pueda encontrarlo en uno de sus concesionarios. Sin embargo, ésto no siempre ha sido así, algunas marcas tan prestigiosas como Mercedes-Benz no siempre han tenido modelos asequibles o de un tamaño más reducido de lo normal, pues hace a penas unos treinta años, en su gama sólo podíamos encontrar lujosas berlinas y deportivos de ensueño.
Ésto cambió a partir de noviembre de 1982, año en el que la marca de la estrella lanzó al mercado los modelos 190 y 190E, el antecesor del que hoy día conocemos como Clase C. Diseñado por Bruno Sacco, el 190E se convertía en el modelo de acceso de la marca, que hasta entonces, había sido el 200E (el equivalente al Clase E actual). Así que no hace falta decir que desde que fue presentado, gozó de una gran aceptación por parte del público en todos los mercados en los que se comercializó.
Desde sus inicios, se ofreció con una gama de motores bastante cómoda y llamativa, entre los que se pueden destacar el 2.0 de 120CV de gasolina; aunque también disfrutó de versiones de alto rendimiento como el famoso 190E Evolution, que contaba con un motor de 2,5 litros que entregaba un total de 232 CV de potencia. Con éste último modelo y con el apoyo de AMG, Mercedes-Benz se atrevió con el mundial de turismos, consiguiendo una victoria fulminante en el año 1992 con la ayuda del piloto Klaus Ludwig.
Tan sólo un año después, en 1993, el popular 190 y 190E se retiraba del mercado para darle el relevo a la primera generación del Clase C, conocida también como W202. A lo largo de su vida comercial, en la que recibió dos restylings, y que duró poco más de diez años, se vendieron un total de 1.879.629 unidades, por lo que Mercedes-Benz puede estar más que orgullosa de éste popular modelo que ya ha entrado en “los treinta”.