Seguro que os acordáis del Volkswagen XL1, ese prototipo que se movía gracias a un motor diésel y un motor eléctrico, y que cuya fabricación se confirmó hace muy poco. Único gracias a su aspecto futurista, que oculta sus dos ruedas traseras, y que sustituye sus retrovisores exteriores por cámaras que cumplen la misma función que estos. No menos impactante es su consumo de tan sólo 1 litro (esto es un poco relativo), y su peso, de 750 kg.
Como os dijimos hace unos meses, de momento es un modelo experimental, pero va a comercializarse en un número muy limitado de unidades. Tan sólo 250 personas podrán adquirir uno a partir de la próxima primavera, y para ello, tendrán que desembolsar la friolera cantidad de 111.000 euros. Es decir, que cuesta casi lo mismo que un Porsche 911 Carrera, y más caro que otros modelos ecológicos de alta gama como el Tesla Model S, u otros menos glamurosos como el Chevrolet Volt.
Eso sí, ya decimos que sólo se comercializarán 250 unidades, por lo que aparte de sus peculiares características, es su exclusividad lo que hace que su precio final sea a fin de cuentas razonable. Quizás si Volkswagen se hubiese decidido a comercializar más unidades, su precio hubiese sido más reducido, pero ya sabéis como son estas cosas, y a veces sale mejor vender sólo un número limitado de unidades. Seguro que con los años se revalorizan todas las unidades, y acaban alcanzando cifras mayores en diversas casas de subastas.
No obstante, no deja de ser un híbrido diésel biplaza, que aunque tenga aires de deportivo, no tiene mucho que envidiar a otros modelos de características similares. No se ustedes, pero yo personalmente por ese precio, me decantaría por otras muchas alternativas, que aunque no gocen de la misma exclusividad, sí pueden ofrecer características más atractivas.