Este año en el Salón del Automóvil de Ginebra, Toyota nos sorprendía con la presentación del i-Road, un vehículo eléctrico monoplaza de pequeñas dimensiones, que se movía con la ayuda de tres ruedas, las cuáles variaban de posición para inclinar el vehículo al coger las curvas. Podía parecer que el i-Road sólo sería un concept que nace para demostrar de que es capaz la marca que lo presenta, un concept que sólo serviría para investigaciones y para atraer a más público al stand de la marca en un Salón Internacional del Automóvil.
Pero finalmente no será así, porque Toyota ya ha confirmado que el i-Road se producirá en serie, eso sí, por el momento, sólo estará disponible en Japón, dónde formará parte de un programa de movilidad eléctrica urbana. El estudio de este programa, y la demanda que tenga en su país natal, serán los dos factores fundamentales que determinarán si la vida comercial de este modelo se amplía, y si se comercializará en otros países.
Desde luego, hay que admitir que el i-Road resulta ser una alternativa idea para circular por los núcleos urbanos de las ciudades más pobladas de Japón, dónde circular con un Kei car sigue siendo una tarea un tanto costosa en diversas ocasiones. Con una autonomía de 50 kilómetros, y pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 45 km/h, la persona que se pusiese a los mandos de un i-Road no tendría ningún problema en circular por ningún núcleo urbano de cualquier país a fin de cuentas, siempre y cuando no tenga que recorrer demasiados kilómetros seguidos, o cuente con la presencia de una o varias gasolineras eléctricas “cerca”.
Seguro que en Japón el i-Road tiene demanda, al igual que la ha tenido el Twizy en Europa, ¿pero se venderán tantas unidades como Toyota espera? Más le vale tener un precio competitivo, pues el Renault Twizy, a pesar de gozar de un precio razonable, no consigue venderse también como Renault pensaba que lo haría cuando lo lanzó al mercado.