Os pongo en antecedentes. En el mes de enero saltó una mala noticia en el seno de Renault-Nissan. La propia Renault descubrió que estaban siendo espiados por fabricantes chinos a través de topos en su propia empresa. Uno de ellos pertenecía al mismo comité de presidencia de la empresa, y los otros dos pertenecían al grupo de ingenieros que desarrollaba los futuros modelos eléctricos de la marca del rombo.
Pues bien, a raíz de esto a Carlos Ghosn, presidente de Renault-Nissan, se le empezaron a complicar las cosas junto a su mano derecha y jefe de operaciones de Renault, Patrick Pélata. Ghosn gozaba de muy buena reputación en Japón gracias a la buena gestión que realizaba sobre Nissan, pero en Francia las cosas no pintaban nada bien. A principios de mes mostró a los accionistas sus planes para Renault para los próximos 6 años, pero sabiendo que Nissan tenía mayor valor en bolsa y que Ghosn no hacía nada para compartir ese valor con Renault y así subir de estatus dentro de la bolsa a la marca gala, fue el detonante para que todos los accionistas se tiraran a por la cabeza de Ghosn.
Los problemas no terminaban ahí. Después de que Renault, con Ghosn y Pélata a la cabeza, increpasen públicamente a esos tres altos ejecutivos y, suspendiesen de empleo y sueldo a los tres, las autoridades francesas no han encontrado indicios ninguno del supuesto espionaje industrial. Es más, las cuentas en los paraísos fiscales de Suiza y Liechtenstein de las que fueron acusados de poseer para recibir el dinero del soborno, fueron completamente descartadas de su existencia por ambos países.
Ahora Ghosn y Pélata van a ir en persona a pedir disculpas públicamente a los tres altos ejecutivos despedidos, en nombre de Renault. Esto es así porque la investigación a dado un giro brutal al pasar de espionaje a estafa. Estafa producida por Dominique Gevrey, responsable de seguridad de Renault. Supuestamente Gevrey tenía unas fuentes que decían saber del espionaje que se estaba produciendo, y Renault pagó a esas fuentes 310.000 € por la información que Gevrey les pidió.
Presuntamente ese dinero se le embolsó el propio Gevrey, y le había estado pidiendo a Renault cantidades mucho mayores, en nombre de esas fuentes.