Hoy nos encontramos ante una competición peculiar. Se trata de la “Targa Newfoundland”, que es una especie de Dakar pero por carreteras. Se disputa en una isla de la costa este de Canada, y transcurre entre montañas, poblaciones, bosques profundos con una longitud total de unos 1.400 km de recorrido.
Desde Mazdas Mx-5 preparados, hasta Lamborghinis Murciélago pasan por el recorrido de esta interesante y desconocida carrera hasta la fecha por un servidor. En ella también quiso tomar parte nuestro protagonista de hoy, Rana Zahir, al que ahorcaremos, torturaremos, mataremos, resucitaremos y volveremos a matar. Su bólido de carreras escogido, como se puede deducir por el título, fue un Ferrari Enzo. Pero no uno cualquiera, que si ya de por sí es difícil adquirir uno de los 400 creados por Ferrari, éste había sido preparado por Edo Competition.
Los alemanes habían achuchado al italiano hasta los 850 CV, con el peligro que eso conlleva. En este vídeo se ve todo bastante clarito. Podemos dar las gracias a Kia, que lo estaba grabando todo porque en la prueba participaba un modelo suyo, el Forte Koup, un deportivo bastante apetitoso que no llegará a Europa.
En el vídeo, Rana Zahir se redime de su pecado, diciendo que al entrar en la zona de grava y pisar el acelerador pasó lo que pasó. Que lo importante para él y para todos es que, tanto piloto (el mismo) y su copiloto Roland Linder, salieron completamente ilesos del accidente. Aunque es cierto que el accidente no es demasiado aparatoso, un susto con agua de por medio tiene muy poca gracia. También dice una gran verdad, que sólo se pierde un coche que no es gran cosa.
Si a él no le duele el millón y medio de dólares que vale el Enzo, a mí menos. Pero aunque sea cierto que el coche es un material inerte que no merece la pena llorar por él, ¡te obligo a que lo restaures cuanto antes o cumpliremos nuestras amenazas!
PD: Esto último es broma, no vaya a ser que se entere y malinterprete…que luego pasa lo que pasa.
Vía Autoblog
[…] te sale mucho más barato. Pero claro, el dinero da poder adquisitivo, que no inteligencia como a aquel que decidió darse un baño con su Enzo, o al señor que nos trae hoy de […]