Raro es el día en el que no aparezcan nuevas noticias sobre la situación de la marca sueca. Si un día está al borde de la quiebra, al día siguiente ya ha encontrado un socio que apacigüe sus deudas, y al siguiente día vuelve a estar con la soga al cuello. Parece que Saab no abandona los dramas, no hay más que recordar cuando se situó al borde del precipicio tras su divorcio con General Motors, cuando el grande de Detroit estuvo a punto de desmantelarla. Afortunadamente se salvó, y todos pensamos que la historia tendría un final feliz cuando el dueño de Spyker, Victor Muller la adquiría y prometía el comienzo de una nueva era.
Pero si Saab si ya sufrió lo suficiente en su matrimonio con General Motors, más iba a sufrir en las manos de Victor Muller. Y no será porque el señor Muller esté luchando por ella precisamente, porque lo cierto es que se desvive por Saab y lucha a contracorriente para salvarla de la quiebra. Sino porque sin duda alguna, la mala suerte está de su parte. ¿Mala suerte?, siendo realistas, hay que tener en cuenta que Victor Muller adquirió una marca de bajas ventas, y en un estado bastante castigado en plena crisis mundial, por lo que está asegurado que ha estado luchando con uñas y dientes para que el barco no se hunda.
El hecho de que Victor Muller no se haya quitado de encima Saab tiene mucho mérito. Porque oportunidades ha tenido, y hablando de oportunidades, de esto mismo se trata la noticia que la propia marca sueca comunicaba esta mañana. Según Victor Muller, una marca china le ofreció nada más y nada menos que 22 millones de euros por el 100% de Saab. Al parecer el señor Muller declinó la oferta alegando que era demasiado poco para lo que valía realmente toda la empresa.
Sin embargo, a estas alturas, podemos decir que eso es totalmente discutible, pues Saab carga con el peso de una deuda de 400 millones de euros, por lo que quizás 22 millones de euros no sea una mala oferta después de todo. Y más teniendo en cuenta el futuro de Saab, que necesitaría un milagro bastante grande y “milagroso” para librarse de su tan complicada situación. Lo más curioso de todo, es que Saab esperaba que dicha marca china, y otra marca china más, les proporcionasen un crédito para garantizar su supervivencia, a cambio de participaciones en la empresa.
Aunque los chinos pensaron que sería mejor hacerles una oferta por todo el pastel, y no desembolsar tanto dinero por un trozo. Y tras la negativa de Victor Muller, parece que los chinos están descontentos y ahora no quieren ni unas migas, por lo que el señor Muller está como loco renegociando para que los chinos le ayude a salir del agujero en el que se encuentra. Como digo, la situación de Saab no deja de ser complicada, pero no hay que perder la esperanza, que después de lo visto, no hay que dejar de creer en los milagros.
Vía: Autoblog