Nosotros aquí intentando apaciguar el ambiente, que entremos todos en razón y que nos demos cuenta de que lo mismo no estamos preparados para subir los límites de velocidad, y llega el señorito de turno a echar por tierra todo. Aunque más bien ha confirmado la teoría de que no nos pueden subir los límites de velocidad.
En la noche del pasado día 10, a las 2 de la madrugada que encima iría tibio de vete tú a saber qué (esto último es de mi cosecha), fue detenido por Efectivos del Subsector de Tráfico de Badajoz por considerarlo autor de un delito contra la seguridad vial, al circular a una velocidad muy superior a la permitida en la autovía A-66 a la altura del término municipal de Fuente de Cantos (Badajoz).
El joven, de 26 años de edad, circulaba a la exagerada velocidad de 213 km/h, a todas luces peligrosa tanto para él como para cualquier incauto que se cruzara por el camino. La parte curiosa es la mecánica culpable del delito, un Dodge Viper de entre 400 y 500 CV, porque no ha transcendido la fecha exacta del modelo pero os podéis hacer una idea.
La parte que yo sigo viendo bien, y algunos detractores exagerada, es que el chico se enfrenta ahora a una condena de prisión de 3 a 6 meses y la privación del derecho a conducir vehículos y ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años. De lo primero seguro que se salva, pero lo segundo espero que se cumpla, porque cuando no se tiene conocimiento para conducir es mejor no hacerlo. Nos creemos que por ser mayores de 18 años ya todos tenemos el derecho (eso en parte) y el deber (esto sí que no) de sacarnos el carnet de conducir y poder hacerlo libremente. Deberían endurecerse los exámenes, sobre todo los psicotécnicos.