Mala noticia, bueno no, mala no, pésima noticia la de la renovación del Lamborghini Gallardo. Pensé que jamás diría esto, pero no me gusta el nuevo la renovación del Lamborghini Gallardo. Lamborghini, la has liado parda.
No sé como explicarlo, creo que con la preparación de DMC sobre el Aventador lo dejé bien claro, cuando algo no hace falta tocarlo para que sea perfecto, no se toca y punto. Mira, que te lo haga alguien “de fuera” tiene un pase, pero que sea la propia Lamborghini la que haga esto… duele en el alma.
Vayamos por partes, empezando por la base el coche tiende a ser completamente el mismo, el problema viene en los pequeños detalles. El nuevo paragolpes frontal ya asusta un poco viniendo de Lamborghini, si viniera de un preparador cualquiera diríamos que ha sido ligth en su preparación, pero al menos queda lo suficientemente agresivo para ser aceptable. Está un poco en la cuerda floja entre lo deportivo y lo cani pero siendo diseño italiano podemos considerar que se ha hecho con buena fe. La trasera es lamentable.
El Gallardo está triste. Jugando con la pareidolia podemos intuir una cara totalmente triste en su trasera. Sí, a lo Seat Altea XL. Imaginando que los pilotos traseros son unos ojos, las entradas de aire que tienen debajo parecen unas ojeras tremendas, y el diseño invertido a estas ojeras de la toma de aire central en la trasera, entre los pilotos, tiene toda la pinta de una boca triste.
Todo esto lo digo contradiciéndome a mí mismo, porque el Gallardo tendrá cara triste, pero me gustaría estar triste en mi Gallardo.
Juan says
Jajajaja, por delante no les ha quedado mal, pero por detrás deberían de haber tenido más cuidado.