El gobierno sigue haciendo amigos reduciendo la velocidad sin avisar

Con nocturnidad y alevosía trabajó el ministerio de fomento para, entre la noche del jueves de esta semana y la mañana del viernes, estuviesen cambiadas las señales de limitación de velocidad en la A-7, la antigua N-340.

Bien hecho, se merecen un azucarillo por haberlo hecho tan rápido, pero algo se les pasó y fue lo más importante: AVISAR A LOS CONDUCTORES. De acuerdo con que tenemos que estar atentos a las señales cada día y en cada momento, pero las de limitación de velocidad pueden escaparse de esa atención ya que atendiendo a las condiciones de la carretera (cantidad de carriles para el mismo sentido, ancho del arcén, etc.) puedes deducir a que velocidad se puede circular como máximo por donde vayas circulando.

Este gobierno se está cavando su propia tumba, y no es que esté a favor de la oposición. Primero la limitación de 110 km/h en las autovías. Correcto, por motivos económicos podría entenderse, y aunque muchos no lo noten directamente en su bolsillo, entre todos sí se nota. Pero, ¿ahora esto sin avisar? Si no quisieran que se piense que van a recaudar, que hubiesen quitado la cantidad de radares que hay en la zona y hubiesen avisado a los vecinos de la zona.

Hay que darle un punto a favor en pro de la seguridad vial. Esa carretera es uno de los puntos más conflictivos de la Costa del Sol, ya que esa autovía concentra una gran cantidad de entradas desde urbanizaciones casi sin carril de aceleración.

Ya se creó una autopista, la AP-7, para intentar aliviar la congestión de esa zona. El problema es que es de peaje y aunque solo sean seis euros, que no es tanto al fin y al cabo, cuando eres vecino de la zona y te toca pagarlo diariamente varias veces, te lo piensas.

Fuente e imagen laopiniondemalaga.es