Lo ha vuelto a hacer, en Hungaroring Button ha vuelto a llevar la frase “Cuando pasa de todo, y la carrera se vuelve loca, siempre gana Button” a la boca de todos. Y es que el inglés se ha llevado la carrera de la forma más inteligente posible, cuando todos pensaban al instante, y preveían lluvia que caería instantáneamente, Button prefirió esperar, y esa espera le ha servido para terminar con otro triunfo en su palmares, en concreto el 2º del año en sus 200 carreras ya como piloto de F1.
La carrera comenzaría con neumáticos intermedios y la salida prometía buenas sensaciones en los primeros metros ya que ambos Ferrari se encontraban bien situados. Alonso había superado a Massa, pero a la salida de la primera curva perdía grip y perdían (los dos Ferrari) varias posiciones con respecto a los dos Mercedes. Las primeras vueltas han sido caóticas, muy lentas y muy traicioneras. Muchos pilotos con problemas de agarre, grandes y espectaculares derrapadas, breves salidas de pista… Hamilton aprovechaba ese caos y su agresividad para ponerse primero y liderar la prueba por delante de Vettel. Y Alonso subía posiciones, aunque estaba en otro mundo, logró la 3era plaza y casi podía aspirar a más, pero pequeños errores le privaron de subir más en la clasificación de este emocionante Gran Premio de Hungría.
La agresividad de Hamilton le ha pasado factura a lo largo de la carrera por un par de trompos y sobre todo, por el drive through con que le han penalizado por un incidente con un Force India. Este hecho lo ha relegado a la cuarta posición final, por delante de Mark Webber, pequeña recompensa para una carrera que el inglés debía tener en el bolsillo.
Jenson Button ha vuelto a demostrar que es un auténtico maestro en condiciones complicadas. Y eso también lo agradece Vettel, que ha rebajado al mínimo el peligro que acechaban todos los demás, ya que Button, es el que menos aspiraciones tiene de los 4 para arrebatarle el título a Vettel.