El partido conservador de Reino Unido a propuesto aumentar el límite de velocidad a 130 km/h, y no es de extrañar, pues desde el año 1965 el límite de velocidad máximo en Reino Unido es de 112 km/h. Sí, supongo que muchos de vosotros al igual que yo os estaréis preguntando que como es esto posible en la tierra de los Lotus, los Aston Martin, los Jaguar… Pues precisamente por eso, cuando tienes un coche que te incita a correr pasa lo que pasa, y es entonces cuando el gobierno sospecha que se realizan carreras callejeras en las autopistas por las noches.
Aunque a veces no lo parezca, los británicos viven mucho la competición, y es un detalle curioso que lleven tantos años torturándose con una medida que a nosotros nos duró a penas unos meses. Pero como el partido conservador ya no puede más con dicha situación, ha dicho basta, y ha propuesto subir el límite a los 130 km/h, que ya quisiéramos muchos que pasase lo mismo aquí. No obstante, por muy bien que suene esta noticia, la política en todo el mundo es igual, y cuando uno propone algo no todos están siempre de acuerdo con él, y entonces surgen pegas.
En este caso no han sido precisamente pocas, pues al partido conservador se les han echado “más de uno” encima por hacer esta propuesta. Principalmente, los ecologistas, que alegan que el precio de la gasolina es alto y encima hay que bajar la contaminación, por lo que según ellos esta medida resulta más perjudicial que beneficiosa. Como os decimos, no son los únicos que han puesto pegas, también han protestado los representantes de la sanidad y las aseguradoras, que piensan que esto además de aumentar la contaminación, también aumentará el número de accidentes.
Pero los conservadores piensan que estos argumentos tienen poco peso teniendo en cuenta lo que beneficiará a la población esta medida. ¿Y en qué beneficiará?, pues según el partido conservador, esta medida estimulará la circulación interna y además beneficiaría al bolsillo, debido al menor tiempo de desplazamiento. De momento no sabemos si conseguirán aplicar esta ley, aunque lo más seguro es que lo consigan, pues seguro que una buena parte del Reino Unido está ansiosa por “pisar un poco más el pedal”.