¿Qué te apostarías conmigo a que digo que una Chrysler Voyager es capaz de ganar en circuito a un Audi R8 Spyder? Para empezar seguro que te reirías de mí, pero sería capaz de apostar hasta mi propia casa a que gana. Ahí es cuando terminas de reírte en mi cara y aceptas la apuesta para tener casa gratis. Pues no apuestes tanto.
Para empezar en realidad no es una Chrysler Voyager, es una Dodge Minivan, que para el caso es lo mismo porque es el mismo coche con diferente logo. Eso sí, el Audi R8 Spyder es de verdad. Sí, ese que lleva un motor V10 de 5,2 litros y 525 CV. Palabrita del niño Jesús. Y el contricante no es nada del otro mundo, el motor, así, de plano, lleva menos de la mitad de cilindros que el del Audi.
Resulta que un lector de Jalponik, asyed3 (sí, ese es, a algunos se os va la pinza con los nicks), se encontraba pasando el día con la familia en un circuito. Llega el tipo del R8 y la cosa se lía. Tanto que, por divertirse un rato, decidieron hacer una competición en un skid pad, un circuito completamente circular y mojado en el que ambos coches empezarían en lados opuestos. Y la sopresa viene cuando ocurre ésto:
httpv://youtu.be/wOOcKVMPnMA
El tipo del R8 no quiso ni terminar, era obvio que una monovolumen había vapuleado a su superdeportivo. Y estaréis pensando, ¿qué ha pasado? Tiene fácil solución, y es para y por toda la familia.
¿Habéis escuchado el anuncio ese de neumáticos que dice que la potencia sin control no sirve de nada? Pues aquí tenéis el ejemplo. El Audi R8 apenas tiene suficiente peso como para ejercer presión sobre el suelo y poder traccionar tanta potencia. La Dodge, pesa algo así como Plutón más o menos, y aunque no tenga un gran motor las ruedas no se despegaran del suelo ni de broma.
Vía Jalopnik