Leed atentos porque podemos buscar analogías fácilmente entre los negocios alemanes y los españoles, y darnos cuenta de porqué ellos están pasando mejor la crisis global.
Para empezar, BMW sorprendentemente sigue creciendo a pesar de la crisis en el sector de la automoción. Ni el todopoderoso Grupo VAG se salva de la quema. Sin embargo en BMW no se relajan, y como dice el refranero español “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
Los de la hélice azul son conscientes de todo lo que está pasando a su alrededor, y no se van a ir de fiesta con los beneficios sin asegurarse el trabajo. El pasado mes de septiembre, BMW llegó a un acuerdo con sus empleados para cuando se les acabe el tiempo de las vacas gordas. El acuerdo aseguraría la subsistencia de la marca, y conseguiría mantener la gran mayoría de los empleos aunque tuviesen una caída de ventas de un 30%.
Una bajada en las ventas de ese calibre es un palo gigante para una compañía como BMW, y para conseguir mantener toda la plantilla el acuerdo ha sido realista con los empleados. Se realizarían expedientes de regulación de ocupación temporales junto a modificaciones en los turnos laborales para poder mantener la plantilla al completo.
Básicamente que los trabajadores aceptan trabajar menos, con la consiguiente pérdida de la proporción de salario, a fin de mantener toda la plantilla. Ríete tú de llegar a un acuerdo de este tipo en España.
Y si ya es difícil llegar a un acuerdo así en España, más aún sería hacerlo cuando la empresa está en un momento de crecimiento. BMW actualmente lidera el segmento premium y va camino de superar su propio récord de ventas este 2012. Todo esto cuando el mercado europeo automovilístico va de culo, cuesta abajo y sin frenos.