Cierto es que la transmisión automática lleva entre los automóviles desde los años 40, año en el que la desaparecida Oldsmobile sacara el primer modelo con caja de cambios automática denominada Hydramatic. Pero aún así, los conductores típicos de este tipo de transmisiones sigue sin acostumbrarse a su uso.
Y es que para conducir, un servidor y la gran mayoría de conductores, estamos acostumbrados a utilizar los tres pedales y controlar el giro del motor con el embrague y la caja de cambios, de hecho es una manera recomendable de bajar los puertos de montaña o llegar a los cruces de una ciudad siempre controlando bien el motor. En los modelos automáticos este control directamente desaparece.
Desaparece porque la tecnología interfiere para que el usuario no tenga problemas y puede que desde el punto de vista de un ingeniero sea un ahorro de piezas, desgaste, y pueda provocar menos accidentes, pero nada más lejos de la realidad porque esta falta de control sobre el vehículo produce un efecto de pasotismo sobre el vehículo bastante peligroso. Los conductores no se preocupan, ni tienen intención de hacerlo, de qué es lo que llevan entre manos, si llevan 100 o 500 Cv, o de sí su vehículo pesa 1.000 o 3.000 kg, y esto es un peligro en carretera.
No hace falta recordar la cantidad de accidentes producidos en aparcamientos de países como EEUU por culpa de no distinguir entre el acelerador y el freno. Accidentes normalmente leves, pero accidentes.
El futuro está en los coches eléctricos
Pero si las cajas de cambio automáticas no fueran un peligro para los conductores más puristas, ahora llegan los coches eléctricos y llegan pisando fuerte. Y nunca mejor dicho lo de pisando fuerte.
Una de las principales ventajas de un coche eléctrico es que entrega todo su par desde el segundo 0. Esto quiere decir que un simple Tesla Model S es capaz de ganar en aceleración a todo un Corvette Stingray de última generación y eso da un poco de miedo.
Pero al igual que los ingenieros pretenden facilitarnos la vida con adelantos tecnológicos esperemos que estén pensando en sistemas de seguridad al nivel suficiente para todos esos pasotas con carnet de conducir que van a disponer de vehículos que aceleren como una exalación y no tendrán control ninguno sobre su vehículo más que el que puedan darle cuatro pinzas de freno.