El titular puede ser algo amarillista, pero la situación que llevó a esta noticia era digna de telenovela. El vehículo protagonista de este post, también lo será de la prueba que haremos en Motor Digital, y como descubrió Juan en los comentarios se trata de un Toyota.
El viernes el coche salió nuevo del concesionario, con el odómetro a 0 prácticamente, y fuimos a darle la primera vuelta. Vuelta que solo duró 27 kilómetros, porque tras calarse a la entrada de una gasolinera, se negó por completo a arrancar. No hacía absolutamente nada, ni movía el motor de arranque al darle al contacto.
Menos mal que la fiabilidad Toyota te daba un seguro propio de la marca para llamar a una grúa y que se llevasen el coche en garantía para arreglarlo. Pues, sin saber bien cómo, mientras realizaba los trámites de la grúa el coche consiguió arrancar. Pero ahí no acababa la cosa, directos al concesionario y en el ceda el paso de una rotonda el coche volvió a calarse y acto seguido se olvidó de como hacer funcionar sus pistones otra vez. No salíamos de nuestro asombro.
De nuevo, y realizando la llamada pertinente a la grúa de Toyota, el coche mágicamente volvió a arrancar. Magia. El concesionario había cerrado ya para ese momento, así que tras este último paro cardíaco decidimos llevarle a una autovía y darle zapatilla a ver si se le quitaban las tonterías (ya os contaré como va en autovía porque va de lujo). Y al coche, lógicamente, no le pasó nada.
Al volver a las calles, y recordando que el coche no arrancaba después de calarse procedimos a calar el motor a propósito. De nuevo, el coche se negó a arrancar, y ésta vez la grúa terminó llevándose el coche con tan solo 94 km en su cuentakilómetros.
Viendo como se llevaba un coche completamente nuevo la grúa, las puyas contra Toyota no se iban a hacer de esperar. Por mi cabeza sólo rondaba la millonada de coches que Toyota mandó revisar por fallos en el acelerador y la declaración de uno de los dirigentes de Toyota reconociendo que habían ahorrado costes en materia de calidad de sus productos. Nada bueno iba a salir de ahí…
Continuará…