En 1995 Buick lanzaba al mercado estadounidense la octava generación del Riviera, un modelo que había cesado su producción dos años antes, y que volvía siendo completamente nuevo. El Buick Riviera de 1995 adoptaba una estética similar a la del resto de los modelos de la gama Buick, una estética ambientada en mediados de los noventa, que hacía que el Riviera “estuviese totalmente a la moda”.
Pero la estética no era el único punto fuerte del Riviera, pues nada más salir al mercado se ofreció con un V6 de 3,8 litros que le hacían rendir un total de 225 CV de potencia. Poco después, Buick añadía a su gama la misma motorización con 20 CV de potencia menos, y un año después de su presentación, también volvía a lanzar el mismo motor pero con 240 CV de potencia.
Puede parecer que su gama de motores no fuese digna de envidia, pero el rendimiento que ofrecían estos motores junto con la caja de cambios automática que le acompañaba a partir de 1997, hicieron que el Riviera obtuviese muy buenas críticas. Eso sí, mejor no hablar de consumos, puesto que un mínimo de 18 litros en ciudad estaban asegurados.
Pero el Riviera era un deportivo muy carismático, y eso lo podréis comprobar en su propio vídeo promocional, que os dejamos a continuación. Curiosamente, os dejamos un vídeo publicado en el mismo año en el que el Riviera dejó de fabricarse, y es que después de todo, no consiguió un número de ventas desmesurado. Quizás esa fue la razón por la que Buick no lanzó al mercado un sustituto del mismo, pero vamos, que a pesar de ello, en el vídeo que os dejamos, veréis como la propia Buick estaba muy orgullosa del Riviera, y por supuesto, sus propietarios también, ya que en el vídeo veréis a algunos de ellos hablando de lo contentos que están con su Riviera. Eso sí, en el año 1999, no lo olvidéis.