Muchas veces la gente mejora sus coches para tener un mejor utilitario para el día a día, otros en cambio, lo mejoran para que su coche corra más, para “picarse” con otros en plena calle. Y existen otros, que ya directamente se compran la versión más “pepina” del modelo que tienen en mente. Y eso puede ser por ejemplo, comprar un coche medianamente deportivo con tracción delantera y de media entre unos 150cv y 250cv. Hasta ahí bien.
¿Pero que podría pasar si comparáramos un coche de serie “potente” con un coche oficial (o mejor dicho, preparado) para participar en la World Rally Car? La pregunta obviamente tiene una respuesta lógica, el coche de rallyes ganará en la mayoría de casos, por prestaciones, motor, preparación y por el reparto de pesos harán que el coche de competición siempre gane al de serie, aunque este sea un bicharraco sacado para la calle.
Pero para comprobar mejor lo que estoy explicando os mandamos un vídeo que plasma la eficacia en salida directamente de un WRC a un coche de serie normal. En este caso la comparativa viene con un Subaru Impreza WRC versus un Subaru Impreza STI de hace un par de años. Estamos hablando de que este coche, el STI sobrepasa los 300cv de potencia, lo que equivaldría a tener un coche realmente impresionante para el día a día si tenemos en cuenta que además es tracción total.
Ahora, no digo nada y os dejo con el vídeo de 30 segundos en el que podemos ver la diferencia:
httpv://www.youtube.com/watch?v=pyj88OZABgY
Realmente impresionante ¿verdad?, creo que no hace falta que empiece a explayarme, ya lo habéis visto vosotros mismos en el vídeo que la diferencia, por mucho coche potente que sea, es abismal. Ahora os dejamos con el vídeo semi-completo por si queréis seguir viendo.
httpv://www.youtube.com/watch?v=nmYzVrGKRdU